Reportaje al Kyo Sa Nim Ricardo Cadahía
Hoy es viernes 12 de marzo de 2007, son las 23:10 y recién terminamos
la clase de entrenamiento con el Sa Bom Nim Ricardo Giorgi en el Doyang
Central.
Kyo Sa Nim, ¿Cómo y cuando se inició en la práctica
de SBD?
En el año 1989 llevando a mi señora, Victoria, a practicar
a la parroquia Cuerpos Domini donde daba clases el profesor, 3ª
Dan, Hugo Nami. La llevaba, miraba la clase, volvía al siguiente
miércoles, miraba la clase. Entonces me dije “esto es una
pavada, se puede hacer” y un día me invitó a practicar.
Entonces me dije “y bueno”……
No coordinaba nada…… ni manos, ni piernas. Era una competencia
conmigo mismo. Digo, como no lo puedo hacer ¿Cómo no lo
puedo hacer? Y bueno, había dejado de jugar al fútbol.
Hice deportes toda mi vida, ¿Cómo no voy a saber como
mover una mano, una pierna? Algo tengo que hacer. Y me enganché,
me fui enganchando, me lo fui tomando más en serio y a si fueron
mis primeros pasos.
¿Qué recuerdos tiene de sus primeros días de práctica?
Sobre todo el gran compañerismo, hubo buena gente, ayuda, un
arte marcial disciplinado, serio, eso me gustó. Y bueno, los
avatares de que no teníamos por ahí donde ducharnos. El
piso frío en invierno, que no había tatami, era una cerámica
roja que nos congelaba. La entrada en calor duraba casi toda la clase.
Y así fue como con el tiempo fuimos avanzando. Después
sufrí el abandono de mi profesor y gracias a Dios conocí
a mi actual maestro, el Sa Bom Nim Ricardo Giorgi, y mis recuerdos más
gratos están dentro de su Dojang. Donde el grupo fue extraordinario,
me aceptó como si fuera parte de ellos y nunca me dejaron de
lado. Al contrario, me ayudaron en demasía digo yo, siendo el
nono del grupo ¿no?.
¿Qué fue lo que más le atrajo de la práctica
del SBD?
Lo que más me atrajo. Justamente lo que había dicho anteriormente,
la disciplina, el respeto, la buena gente. Ya que los malos, las malas
personas, no tenían cabida, se iban solas. El que no se encarrilaba
se iba solo, no aguantaba.
Haber conocido al Gran Maestro Wang Kee fue una de las cosas que me
inspiró a seguir, porque la energía que me transmitió
en ese momento en Mar del plata en el año ’91 cuando me
dio la mano y me tocó el pecho como diciendo “dale para
adelante”. Me ayudó muchísimo. Y bueno, me lo tomé
muy en serio. Me comprometí porque es un arte marcial que adoro.
¿Qué lo llevó a empezar la enseñanza de
SBD?
Haber hecho tantos cursos de Kyo Sa y nunca haberlos puesto en práctica
(risas). Digo bueno, hice tantos cursos, tantos cursos. Y después
mis amigos, mis compañeros, que son amigos también, me
decían dale, empezá a dar clases. Y yo, me quería
comprometer, pero digo....... bueh, me voy a comprometer. Y un día
decidí. Había tenido la experiencia de manejar durante
nueve años chicos de fútbol. Chicos de seis años
a catorce años en las vacaciones y veía que mas o menos
la podía pilotear bien. Y empecé con un grupito. Con nadie
primero, practicando solo, y después con un grupo de cinco, de
seis. Ahora, gracias a Dios somos un poquito más. Pienso que
me va bien. Me respetan como yo los respeto a ellos y como yo respeto
a mis maestros. El respeto siempre es mutuo y eso es lo que más
vale y trato de inculcarles.
Sabemos que la escuela sigue creciendo. Cuando llegue el momento, ¿qué
mensaje le daría a los practicantes que quieren ser instructores?
A los practicantes que quieran ser instructores, cuando llegue el momento,
les diría que sean buenas personas. Lo más importante
es eso. Que sean humildes. Que no sean egocéntricos. Que tengan
la copa vacía. Que siempre quieran aprender. Que siempre traten
de mejorar. Porque, justamente hoy venía pensando en eso. Digo,
cuando un alumno mío sea instructor. Les voy a decir que traten
de ser como un adorno de bronce. Que si uno no lo lustra cada tanto
pierde el brillo. Entonces hay que mantenerlo. Darle mucho lustre para
que siempre siga brillando. Para que este arte marcial siempre siga
brillando.
Quisiera que nos recordara la dirección y horarios de donde
está Ud. Instruyendo
Estoy dando clases los martes y jueves en Donizetti 59. En un cento
cultural que hay a una cuadra de Rivadavia. Rivadavia al 9.400. Antes
de cruzar la autopista, ahí nace la calle Donizetti, a la derecha,
viniendo desde Liniers. Los horarios de 20:30 a 22Hs.
Por último, un color: Verde.
Un libro: Viven.
Una película: El otro día la volví a ver y me encantó.
(risas) Reto al destino.
Bueno, Este fue el reportaje para nuestra página de Internet.
Le agradecemos mucho al Kyo Sa Ricardo Cadahía por sus palabras
y esperamos que sean de ayuda para que nuestros lectores aprendan un
poco más de nuestro arte marcial.
Nota por Marcelo Tesei para Asociación
Bs As